viernes, 25 de noviembre de 2011

Discrepancias en la forma de crianza de mamá y papá

Hoy tuve la oportunidad de leer una entrevista que hizo Vivian Watson del blog Nace una mamá, a Ramón Soler, especialista en psicología infantil y perinatal.

Es larga pero  muy eriquecedora,  No tiene desperdicio. Se las copio a continuación:


Cuando mamá y papá no están de acuerdo en la crianza: entrevista con el psicólogo Ramón Soler




¿Qué cambios supone para una pareja la llegada de un bebé?


Tener un hijo es una experiencia única y enriquecedora en todos los sentidos, pero lo que pocas veces se nos dice es que supone un cambio radical en nuestras vidas y que requiere un profundo trabajo de desprendimiento de nuestro ego. Aunque la llegada de un bebé influye de manera muy diferente en cada pareja, considero necesario explicar brevemente el proceso que he presenciado muchas veces cuando esto ha supuesto un conflicto de pareja.


Suele ser habitual que, si no se ha hecho una limpieza emocional, que madres y padres sigamos muy afectados por nuestra parte de niño/a que no obtuvo el cariño y la atención que necesitaba en la infancia. Mientras la pareja está sola, no suele haber problemas porque nuestro “niño interior” que continúa necesitando y reclamando atención está satisfecho con la exclusiva relación con la otra persona.En la mujer, esa liberación del ego tiene lugar en el enamoramiento que vive tras un parto natural, sin intervenciones, gracias a la inundación de hormonas del amor (como diría Michel Odent). Posteriormente, la lactancia materna ayuda a consolidar la conexión con el bebé y fortalece ese amor que va más allá de lo racional. También es cierto que un parto complicado se puede compensar con lactancia, colecho, apego, etc. Los hombres no vivimos la experiencia del parto y no tenemos ese enamoramiento animal que vive la mujer, pero esto no significa que no queramos a nuestros hijos. Nosotros podemos enamorarnos del bebé compartiendo los momentos especiales de esos primeros días, llevándolo en brazos cuando la madre lo
precise, colechando, prodigando mimos y abrazos, etc. pero este proceso requiere una presencia y atención que no todos los padres están dispuestos a prestar. A la madre le resulta más fluido que al padre ese proceso de desprendimiento del propio ego para poder atender plenamente a las necesidades del bebé . Por eso, cuando hay diferencias de criterio en la educación de los hijos, suele ser la madre la que siente necesaria una crianza respetuosa y apegada, mientras que es el padre quien quiere imponer las reglas y los castigos.

El problema puede aparecer en los padres cuando el bebé reclama toda la atención de la madre y ellos sienten el mismo abandono emocional y el desamparo que sintieron cuando eran pequeños. Si, siendo adultos, no han podido trabajar su historia para ayudar a su “niño” a cubrir ese tremendo vacío que sintió en su infancia, el padre reclamará la misma atención que tenía antes de la llegada del bebé. Su comportamiento puede infantilizarse e, incluso, volverse agresivo.

Por otro lado, la madre tiene al bebé que le reclama toda su atención y es entonces cuando surge el conflicto. Ella no puede hacerse cargo, a la vez, de su bebé y, además, de la parte infantil no trabajada de su pareja. Esta situación puede suponer, incluso, la ruptura de la pareja.

Ahora entiendo por qué recibo muchas consultas de lectoras que están a favor de una crianza respetuosa y amorosa, pero sus parejas se inclinan hacia los métodos conductistas, los castigos y la “disciplina”. Entonces, ¿cómo pueden ellas manejar esta situación? Sabemos que la evidencia científica apoya la importancia del apego, pero no todo el mundo está dispuesto a leer e informarse…


En la pareja, cuando hay diferencias de criterio, es habitual que sea la madre, inmersa en las ambivalencias del puerperio, la que ceda a las presiones de su pareja. Ella, acorralada por el cansancio y las presiones exteriores, dejará de hacer caso a su intuición y, al final, terminará imponiéndose la crianza autoritaria. La madre renuncia a su instinto y terminan las discusiones. Al final, en apariencia, se salva el matrimonio, pero las consecuencias serán nefastas para ellos y para sus hijos.

Lo que pueden hacer las madres es conectar con su instinto, él les dirá lo que es bueno para su bebé. Deben confiar en sus intuiciones y mantenerse firmes frente a todos los comentarios en contra que recibirán. Toda la información actualizada que encuentren sobre la importancia del contacto físico, el colecho y la lactancia materna confirmará sus ideas. Deben buscar la manera de implicar a sus parejas en la tarea de la crianza de sus hijos. Si ellos no han leído los autores básicos que comentaba anteriormente, éste puede ser un buen momento.


Aunque el padre no pueda alcanzar el nivel de profundidad y de contacto con su inconsciente que consigue la madre en el puerperio, gracias a la lactancia materna, sí que puede darse cuenta de muchos de sus patrones automatizados desde la infancia para poder cambiarlos, por su bienestar emocional y el de sus hijos.Un padre interesado de verdad por el bienestar de sus hijos y por su salud emocional debería aprovechar las situaciones que le alteran (rabietas, llantos, etc.) para cuestionarse sobre su propia infancia. ¿Por qué le altera esa actitud de su hijo/a? ¿qué le hace sentir? ¿cómo le trataban sus padres en situaciones parecidas? ¿de qué le sirvieron los golpes y los castigos? Si hace esto con total sinceridad, le resultará mucho más fácil ponerse en el lugar de su hijo y saber lo que siente cuando le castiga o le pega.

Es importante que el padre se implique en el cuidado y la educación de sus hijos. Debemos dejar atrás el viejo modelo de generaciones anteriores donde el padre llegaba a casa después de un día de trabajo, se tumbaba en su sillón e imponía los castigos según el reporte que le pasaba la madre. Las parejas más sanas y con hijos más equilibrados que he conocido han sido aquéllas en las que el padre y la madre seguían una misma filosofía de crianza, basada en el respeto y la atención a las necesidades de sus hijos. Por eso considero tan importante el trabajo de honestidad y sinceridad con uno mismo que supone mirar de frente a nuestra propia historia para poder romper de una vez la cadena de maltrato que se transmite de generación en generación.

Entonces, ¿qué ocurre cuando ambos padres tienen criterios distintos en relación con la crianza? ¿Cuáles son las consecuencias en la pareja y en el niño?


Para la pareja, esta discrepancia es, siempre, motivo de conflicto. Debemos entender que el bebé no tiene ninguna culpa de toda la situación que estoy comentando. La llegada de un hijo, lo que fomenta es que se pongan encima de la mesa cuestiones que la pareja no se había planteado anteriormente. De cómo lo afronte cada uno de los miembros dependerá que la pareja se refuerce y tenga una relación mucho más auténtica que antes o que no pueda superar sus problemas y termine por separarse.

Sobre las consecuencias para el niño, aunque cada familia es diferente, sí que puedo aventurar unas líneas generales de lo desestabilizador que resulta para los niños vivir con unos padres que tienen distintos modelos de crianza.

Por mucho que los padres lo intenten disimular, los niños perciben esas discrepancias entre ellos. Además, si estas diferencias son motivo de discusión, el niño se sentirá culpable e intentará adaptarse a las situaciones para contentarlos y que no se peleen.

Al final, el más perjudicado por toda esta situación es el niño, que no tiene ni voz ni voto y que termina sufriendo las consecuencias de los desacuerdos entre sus padres.

A menudo he oído decir que las parejas deberían ponerse de acuerdo sobre la crianza de los hijos antes de ser padres, pero en mi caso, no fue hasta que tuve a mi bebé que me di cuenta del tipo de madre que quería ser. Yo pensaba que lo más natural era que los bebés fueran a la guardería, que seguiría trabajando con el mismo ritmo y que mi vida no cambiaría demasiado. Entonces, ¿cómo podemos prepararnos para afrontar la crianza en pareja y las posibles diferencias que puedan surgir?


Efectivamente, antes de tener un hijo, la pareja debería plantearse unas cuestiones que considero muy importantes. Es desalentador ver cómo mucha gente le dedica más tiempo a investigar e informarse a la hora de ir a comprar un coche que prepararse para los cambios que causa la llegada de un bebé. Parece que, simplemente, hay que dejarse llevar y hacerle caso a los consejos que te den familiares y médicos. Y, sin embargo, afrontar la maternidad/paternidad sin haber hecho una profunda preparación previa es lo peor que podemos hacer por nuestros hijos.


Otro aspecto determinante, muy relacionado con el anterior, es la motivación que tenga la pareja para tener un hijo. Una pareja estará más preparada para criar a su hijo con respeto y cariño si éste ha sido fruto de un deseo interno y propio de cada uno de los padres. Por otro lado, si las motivaciones han sido más superficiales, el interés por la crianza del niño estará en un segundo plano. Conozco a muchas parejas que tienen hijos por la presión social de que todos sus amigos ya los tienen o, como llegué a escuchar una vez, para compensar a sus padres por haberles pagado la boda.Una cuestión que será determinante en el grado de conflicto que pueda aparecer posteriormente es la cohesión previa de la pareja y su estabilidad como tal. No será lo mismo una pareja que se ha conocido varios meses atrás y en los que se produce un embarazo por un fallo de las precauciones, que una pareja con diez años de sólida convivencia que decide conscientemente tener un hijo.

Entonces, y volviendo a la pregunta, una correcta preparación para la crianza requiere un trabajo previo de maduración como pareja. Es básico el conocimiento mutuo, una comunicación abierta y sincera, y una estabilidad emocional antes de tener un hijo. Unido a esto, cuando la pareja se sienta preparada para tener un bebé, yo diría que es casi obligatorio, para ambos miembros de la pareja, leer a unos autores básicos sobre el tema de la crianza como Carlos González, Rosa Jové o Laura Gutman. Si a pesar de esto, algunos padres siguen convencidos del tipo de crianza restrictiva y autoritaria, les aconsejaría (aunque debería ser obligatorio) leer los libros de Alice Miller, empezando por ejemplo por “El drama del niño dotado” y continuando con “Por tu propio bien”; en ellos, Miller explica claramente el dramático efecto de una crianza basada en los castigos y en la disciplina dura.

En muchos casos, en este proceso de preparación consciente para tener un hijo, surgirán muchas dudas sobre la propia crianza que recibimos de nuestros padres e, incluso, sería muy recomendable embarcarse en un proceso terapéutico que ayude a entender y sanar los daños emocionales que todos hemos recibido (en mayor o menor grado) en nuestra infancia.

Como resumen, teniendo en cuenta todo lo anterior, se puede decir que la crianza de los hijos empieza mucho antes del embarazo.

¿Podemos utilizar esta diferencia de criterios como una oportunidad para que la pareja se re-encuentre y crezca?


El nacimiento del bebé, más que un distanciamiento, debe suponer una oportunidad de apertura y de acercamiento para la pareja. Es la ocasión de poner encima de la mesa los conflictos y las situaciones que no se habían trabajado antes. En muchas ocasiones, las parejas van sobrellevando la convivencia, pero no profundizan en las cuestiones incómodas que se les presentan. La llegada del bebé está llena de situaciones límite (noches en vela, cansancio, etc.) que pondrán a prueba la cohesión de la pareja; de cómo afronten estas situaciones dependerá que se separen o que la relación se vea más reforzada.

Si la pareja, tanto él como ella, sigue el proceso que he ido comentando anteriormente, podrán salir reforzados y disfrutarán plenamente de la experiencia de la maternidad/paternidad. Es un camino que ha de hacer cada uno consigo mismo, pero con el apoyo del otro. Para adentrarse en esta travesía es necesaria una actitud de apertura y disponibilidad para cuestionarse a uno mismo y poder cambiar aquellas reacciones nuestras que no nos gustan.

Soy consciente de que este trabajo no es fácil y de que muchas veces resulta más cómodo dejarse llevar, sin cuestionarse nada de la educación que recibimos en nuestra infancia, pero creo que es una obligación moral de cada padre/madre para con sus hijos. De esta manera podremos romper con la cadena de maltratos, abusos y castigos que arrastramos desde tiempos inmemoriales. Los beneficiados seremos nosotros, nuestra pareja y, evidentemente, nuestros hijos.
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Qué les pareció? Qué opinan?? Comparten la forma de crianza con sus parejas o tienen sus diferencias?

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Hoy amasé ñoquis de ricota!

Este parece un blog de cocina ultimamente no? Bueno le estoy poniendo atención a esa parte de ser mamá! Siempre buscando nuevas alternativas para variar un poco, ya que siempre llega ese momento del día en que nos preguntamos y qué cocino hoy??????????????? Grrrrrrrr Y cuántas veces no sabemos que hacer no?

Igual, prometo que pronto compartiré algunos otros temas interesantes!

Resulta que tenía en la heladera un pote de ricota que debía usar si o si! Entonces buscando recetas en internet me encontre con el blog de Nidia, una abuela santafesina que comparte sus recetas simples y deliciosas. Les paso el link: http://www.recetassimples.com

Les recomiendo le den una visita, seguro que encuentran alguna recetas interesante. Yo por lo pronto lo voy a tener muy en cuenta!.




Acá les paso la receta que hice yo (modifiqué muy levemente la que Nidia comparte en su blog.

Ingredientes
300 g de ricota
2 huevos
200 g de harina 000 (en la receta original pide preferentemente 0000) Igual puede ser que le haya puesto un poco más de harina, puesto que la masa me lo pedía
6 cditas de queso rallado
1 pizca de nuez moscada
sal y pimienta, a gusto. (Yo no le puse)


Preparación


Tomamos todos los ingredientes reservando un poco de harina (porque depende de la consistencia de la ricota y del tamaño de los huevos puede llevar menos), los colocamos en un bol y los mezclamos, hasta formar una masa que no se pegue en las manos. Si vemos que le falta harina, agregamos lo que reservamos y así dejamos descansar la masa 20 min. aprox., si tienen tiempo, sino cortar y a la olla.


Una vez que la masa descansó unos minutos, tomamos porciones no muy grandes, la estiramos en rollitos finitos y cortamos los ñoquis del tamaño deseado.


Recuerden poner abundante cantidad de agua a calentar, cuando esta rompa el hervor esta lista para echar los ñoquis, con mucho cuidado. No demoran mucho en cocinarse, cuando suben a la superficie del agua se dejan unos minutitos, y ya están listos para colar y servir con una rica salsa de tomate o bechamel o simplemente con crema de lechey queso rallado.


Yo hoy los hice con manteca y tuvieron éxito!!.


La verdad es que fue muy sencillo! Hice la masa tipo 10 de la mañana y dejé descansar un buen rato en heladera. Y luego estiré y corté.


Estas cantidades que les detallé son dos porciones tranquilas o 2 abundantes!


Les gustó? Ya habían hecho ñoquis de ricota??

jueves, 17 de noviembre de 2011

Lasagna de zapallitos

Siempre busco recetas para tentar a mi hijita mayor con verduras que no quiere probar.
El plato quedó riquísimo, pero lamentablemente ella no lo degustó. Mi bebé, en cambio si!!


Ingredientes

zapallitos
queso mantecoso
 jamón
salsa blanca espesa


Preparación

1.-Cortar los zapallitos en láminas finas.
2.-Acondicionar en fuente aceitada: 1 capa de zapallitos, luego el jamón y el queso, otra capa de zapallitos e ir agregando tantas capas como se deseen.
En cada capa se puede ir agregando un poco de salsa blanca.
4-Cubrir con salsa blanca o de tomates.
5.-Llevar al horno precalentado a 180- 200º por 15- 20 min.

Y listo!
Espero que les guste.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Haciendo especial lo cotidiano

Hoy leí en el muro de una amiga (creadora de Todo sobre el bebé) que:
"Mantener el hogar limpio es un acto de amor con uno y con los que viven allí. Es una acto de amor tener una casa sana y bella."  y que esta frase le ayudó a dar vuelta un concepto y cambiar algo de rutinario y desagradable a un acto de amor. 
Cómo mamá de tiempo completo debo admitir que hay días en los que hacer las tareas del hogar, atender las demandas de los peques, cocinar y estar de buen humor  es pedir un imposible.
Es así como refunfuñamos mientras hacemos lo que podemos y no nos damos cuenta que estamos perdiendo vivir los momentos de esta etapa, felizmente. 
Por eso  recomiendo cambiar el cristal con el que miramos las cosas y que entendamos que cada cosa que hacemos en nuestro hogar son actos de amor.
Quería compartir con quienes me lean estos pensamientos...
De paso les cuento que hoy con el afán de que mi peque coma más verduras encontré una receta muy sencilla de tarteletas de jamón pero que tiene zapallitos verdes redondos y zucchinis.

La receta la encontré en Peque Recetas, se las copio pero con las modificaciones que le hice!

Mini tarteletas de Jamón, cebolla, zapallito redondo, zucchini y queso blanco


150 g de queso blanco
300 g de  jamón
Tapas de empanadas
1 cebolla
1 zucchini pequeño
1 zapallito redondo mediano o grande
2 huevos


Pica la cebolla y el los zapallitos en dados pequeños. Freí la cebolla con un poco de aceite, añadir los zapallitos y seguir cocinando hasta que estén listos. Escurrir el excedente de aceite que pudiera tener y agregar un huevo y mezclar todo. En otro bol mezclo el queso blanco con un huevo y el jamón cortado en tiritas pequeñas también. Mezcla bien y lo uno con la otra preparación.
Armar las tarteletitas y rellenarlas.
Introducir  en el horno, precalentado a 200ºC, durante 15 min aproximadamente y listo!


Rinde: 20 tarteletas  Puse en el freezer las que sobraron! 
La peque comió algo de los zapallitos, no todo... Pero bueno a ver el vaso medio lleno no? 

Les gustó?? Toda sugerencia de recetas con diversas verduras que puedan gustarle a los niños... son más que bienvenidas!

martes, 1 de noviembre de 2011

Aprovechando toda la fruta...

Hoy por la mañana hice jugo de naranja para mi pequeño Koalita. El jugo quedó bárbaro, pero al ver la pulpa que sobró, me puse en campaña como para ver de qué manera podía reutilizarla.

Así es como me encontré con una receta de un "bizcocho" (Bizcochuelo para los argentinos)en el blog :
Cocina con Marisa
Qué mejor que algo caserito para la merienda no?

La comparto con ustedes a continuación:


INGREDIENTES
-4 huevos
-200 g. de azúcar
-250 g. de harina
-cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva
-la pulpa del zumo de tres naranjas más el zumo de media de ellas
-la ralladura de una naranja
-un sobre de levadura química

PREPARACIÓN
Ponemos a calentar el horno a 180º. En un bol batimos bien las yemas con el azúcar, ponemos luego la pulpa de naranja, la ralladura, el aceite, batimos bien. Ahora la harina tamizada por un colador grande para que caiga bien fina y mezclada con la levadura y batimos de nuevo.
En otro bol batir claras a punto de nieve con una pizca de sal para que queden bien firmes.
Añadir claras al resto de la preparación mezclando suavemente.
Colocar todo en molde previamente enmantecado y al horno!! 
En 30 minutos por reloj, estaba lista!!


(Hoy en la merienda la probamos y les cuento)
Cómo pueden ver se utiliza todo!! Jugo, pulpa y hasta ralladura de la cáscara.

Ustedes tratan de aprovechar todas las partes de las frutas o los alimentos?
Espero sus comentarios, para aprender un poco más!